viernes, 9 de noviembre de 2012

LIBERADOS SINDICALES







CCOO, UGT, CSIF, USO y CIG firman un acuerdo para repartirse cientos de liberados con el mismo gobierno que ejecuta los mayores recortes sociales
Los sindicatos de las mesas amigas: CC.OO., UGT, CSIF, USO y CIG (ELA no, reconocemos su coherencia sindical),  ya han firmado el primer "Gran Acuerdo" de la era Rajoy,  bajo  el largo y rimbombante título de  "ACUERDO DE ASIGNACION DE RECURSOS Y RACIONALIZACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS DE NEGOCIACIÓN Y PARTICIPACIÓN", que realmente debería citarse como ACUERDO para eliminar el sindicalismo de base, el de la acción sindical del día a día, el de centro de trabajo a centro de trabajo, a cambio de cientos de liberados sindicales. Y todo ello en plena lucha contra los recortes sociales, laborales, salariales...
Acuerdo que podemos resumir en liberaciones sindicales. Cerca de 200, por ahora, con dispensa total,  más un número significativo, que se sumará a éste, a razón de 40 horas por cada 1000 empleados correspondientes al ámbito de cada mesa de negociación. 
Con la que está cayendo viernes tras viernes, recorte tras recorte, movilización tras movilización, volvemos a comprobar cómo estos sindicatos solo atienden a sus intereses particulares. El sentir del personal, sus reivindicaciones, pasan a un segundo plano. Para ellos, la calidad (y caridad), bien entendida, empieza por uno mismo.
Una lógica sindical coherente que entienda el sindicalismo como la acción necesaria para mejor las condiciones laborales y sociales del personal al que representa debería empezar por lo principal, esto es: retirada inmediata de los ERES en la Administración (nada dice el acuerdo);  reintegro  de la extra de navidad, (tampoco); recuperación del poder adquisitivo perdido (no toca); inclusión de la cláusula de revisión salarial (¿eso qué es?); la culpabilización de la persona enferma, I.T. 100% desde el primer día (absentismo); reintegro directo a nuestro salario de las cuantías del plan de pensiones y que la extra sisada en ningún caso se destine a engordar ni éste, ni ningún plan, (¿cómo? ¡no se oye!); jubilación a los 63 años al igual que el resto de los trabajadores del Régimen General (¡horror!); práctica desaparición de las ayudas de acción social (ahorro sumo)...,y, por supuesto no se pueden firmar acuerdos, mientras no se respeten los anteriormente suscritos.
Estos son algunos de los primeros y fundamentales asuntos que hay que resolver, el resto ya se verá. El acuerdo está en otra realidad, de esto nada se dice, nada se hace, nada se toca. Se acepta, por tanto, como inevitable la política de Rajoy Manostijeras, y se aprestan a recoger las migajas que, en forma de liberaciones sindicales, les favorecerán exclusivamente a ellos. Esto a cambio de no tocar lo principal y de renunciar a acercar los órganos de representación al personal que los ha elegido. Democracia alejada, democracia olvidada. Así, se reduce el número de comités de seguridad y salud, la salud importa poco; se impone el ámbito que define el centro de trabajo con lo que se consigue alejar al sindicato de la realidad de los centros de trabajo más cercanos, poner cara a quien nos representa, hacer un sindicalismo próximo, cambiar liberaciones por los delegados de nuestros centros de trabajo, los que conocemos, a quienes elegimos, con horas tasadas a tiempo parcial, en definitiva, cambiar sindicalismo real, de relación directa, por un sindicalismo de salón, de moqueta.. Se obliga a pasar por este aro de fuego  a todos los sindicatos, hayan o no firmado este acuerdo. Se institucionaliza el trato preferente, la desigualdad, textualmente, así se expresa en el acuerdo: "...el Tribunal Constitucional considera que el principio de igualdad de trato, connatural a un sistema de libertad y pluralidad sindical, no impide que, en determinadas ocasiones y para determinadas funciones, se admita un trato diferenciado cuando esté basado en el criterio de la mayor representatividad", la cuadratura del círculo, la igualdad- desigual.
CGT-CAT no aspira a tener más liberados, ni dispensas totales. La Ley Orgánica de Libertad Sindical, a pesar de su antigüedad (año 1985) y de sus múltiples carencias en otros aspectos, es suficiente en cuanto a los créditos de horas sindicales.
Queremos denunciar, además del contenido de este acuerdo, la inoportunidad a la hora de firmarlo, en vísperas de una huelga general que sí trata de dar una respuesta contundente a las verdaderas agresiones que afectan a la inmensa mayoría de la población y que nuestra organización apoya decididamente. Estos pésimos acuerdos nos motivan, aún más, para reafirmarnos en lo importante que es que la gente, las bases, y no ciertas cúpulas domesticadas, seamos protagonistas del cambio, de la lucha imprescindible para cambiar la actual situación de anulación de derechos básicos.  Hay quien no cree en la huelga, nosotr@s SI.



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